Exploremos las motivaciones y las autoexigencias

Un cuento inspirador: La Montaña y el Camino “Dos hombres, Lucas y Mateo, ascendían la montaña al alba. El sol naciente doraba las alturas. Lucas sonreía, mochila ligera, ojos abiertos al instante presente. Cada flor, cada trino, era un regalo en el camino. Su paso era danza con la tierra. Mateo, ceño tenso, revisaba su equipo. La cima, una meta. El tiempo, un enemigo. Cada paso, una obligación en su lista invisible. Lucas se detenía, señalando el valle velado por la niebla matinal. "Mira, Mateo, la belleza fugaz." Mateo apenas miró. "El ritmo, Lucas. La cima espera." En la pendiente, Lucas tarareaba, el esfuerzo gozoso. Mateo jadeaba en silencio, la mente un látigo: "¿Más rápido? ¿Suficiente?" Un arroyo cristalino. Lucas descalzo, el agua fresca un instante de paz. "Recargando, amigo." Mateo bebió rápido, impaciente. "El tiempo es oro, Lucas." Al final, ambos en la cima. Lucas, cansancio satisfecho, el viaje g...