Domingo 13 de octubre, El dinero y la felicidad: una relación compleja


Marcos (10,17-30):

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras.
Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura, vida eterna.»

 


 

El joven rico y la dificultad de la riqueza:

El relato del joven rico enfoca una faceta de la naturaleza humana en la búsqueda de la felicidad. A través de este encuentro, Jesús desafía nuestras nociones sobre la riqueza, la espiritualidad y el verdadero significado de la vida.

Aferrado a las posesiones: El joven rico, a pesar de cumplir con los mandamientos, se aferra a sus riquezas. Su incapacidad para desprenderse de ellas revela un apego intenso a los bienes materiales, que obstaculiza su capacidad de seguir los valores de Jesús. Podemos también cuestionar hasta qué punto nuestros bienes materiales influyen en nuestras decisiones y valores.

La dificultad de la riqueza: Jesús afirma que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios. Esta hipérbole (metáfora exagerada) enfatiza la dificultad que enfrentan aquellos que han hecho de la riqueza su principal objetivo en la vida. El apego a las posesiones puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento espiritual y la conexión con los demás.

La invitación a la renuncia: Jesús invita al joven rico a renunciar a los que él considera “sus bienes” y seguirlo. Esta renuncia no es solo a los bienes materiales, sino también a cualquier cosa que nos impida amar a Dios y al prójimo por encima de todo. La invitación de Jesús es a una vida de servicio y desprendimiento. A una administración sabia de los bienes materiales.

La promesa de la recompensa: Jesús promete a sus discípulos una recompensa abundante por seguirlo, incluso si pierden todo en este mundo. Esta promesa nos asegura que la verdadera felicidad y realización se encuentran en la relación con Dios y en el servicio a los demás.

Mirando de cerca:

- El papel que atribuimos al dinero: El relato nos invita a revisar nuestra relación con el dinero y a cuestionar si nuestras posesiones nos hacen realmente felices.

-La importancia del desapego: de los bienes materiales nos permite vivir con mayor libertad y plenitud.

-La búsqueda del significado: La historia del joven rico nos recuerda que la verdadera felicidad no se encuentra en tanto en las cosas materiales, sino en la búsqueda de un propósito más elevado. “Para qué tengo lo que tengo?”

El encuentro entre Jesús y el joven rico nos desafía en lo profundo: ¿Estamos dispuestos a renunciar a lo que nos ata a este mundo cambiante, para seguir valores espirituales? Este relato nos invita a mirar con atención lo que es más importante, nuestros valores asumidos, las prioridades y la felicidad duradera.

¿Qué más te sugiere este relato? Escribe tus intuiciones.

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Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Reg, Prof 6506 Py,
 raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy

 


El Dinero y la Felicidad: Una Relación Compleja

¿El dinero compra la felicidad? Esta pregunta ha intrigado a filósofos y economistas durante siglos. La respuesta, como suele ocurrir con las grandes preguntas de la vida, es compleja y depende de cada individuo. Sin embargo, lo que sí es cierto es que nuestra relación con el dinero puede tener un profundo impacto en nuestro bienestar emocional.

¿Qué es una relación sana con el dinero?

Una relación sana con el dinero no se trata de tener mucho o poco, sino de cómo pensamos y sentimos sobre él. Se trata de:

- Aceptación: Aceptar nuestra situación financiera actual, sin juzgarnos ni compararnos con los demás.

- Gratitud: Apreciar lo que tenemos, en lugar de centrarnos en lo que nos falta.

- Control: Tener un presupuesto y gastar de manera consciente, evitando los gastos impulsivos.

- Objetivos claros: Saber hacia dónde queremos ir financieramente y tomar acciones para alcanzar esas metas.

- Equilibrio: Entender que el dinero es un medio, no un fin.

¿Por qué cuestionar si nuestras posesiones nos hacen felices?

La sociedad actual nos bombardea constantemente con mensajes que asocian la felicidad con el consumo. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que esta relación no es tan directa como parece. De hecho, a menudo es al revés: cuanto más buscamos la felicidad en las posesiones materiales, más insatisfechos nos sentimos.

¿Por qué sucede esto?

- Adaptación hedonista: Nos acostumbramos rápidamente a los nuevos bienes y necesitamos cada vez más para sentir la misma satisfacción.

- Comparación social: Constantemente nos comparamos con los demás y sentimos envidia de lo que tienen.

- Valores materiales: Cuando priorizamos las posesiones materiales sobre las relaciones, la salud y el crecimiento personal, nuestra felicidad se ve comprometida.

¿Cómo cultivar una relación más sana con el dinero y las posesiones?

- Practica la atención plena para apreciar las pequeñas cosas de la vida y disfrutar del momento presente.

- Invierte en experiencias que te enriquezcan como persona, en lugar de acumular objetos materiales.

- Dar a los demás puede aumentar tu sensación de bienestar y propósito.

- Reduce tus posesiones y libera espacio tanto en tu hogar como en tu mente.

- Identifica tus valores más profundos y toma decisiones financieras alineadas con ellos.

Recuerda: La felicidad no se encuentra tanto en las cosas cambiantes, sino en las experiencias profundas, las relaciones y el crecimiento personal. Al cultivar una relación más sana con el dinero y las posesiones, podemos liberarnos de la rueda del consumismo y encontrar una mayor satisfacción con la vida.

Mirando hacia adentro:

- ¿Qué papel juega el dinero en tu vida?

- ¿Qué te hace realmente feliz?

- ¿Qué podrías hacer para simplificar tu vida y reducir tu apego a las posesiones materiales?

Recuerda: La felicidad se va encontrando por el camino, no tanto una meta fija. Al tomar conciencia de nuestra relación con el dinero y hacer cambios pequeños pero significativos, podemos construir una vida más satisfactoria.

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Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Reg, Prof 6506 Py,
 raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy


Dinero y Felicidad: relación compleja

¿El dinero compra la felicidad? La respuesta no es sencilla. Si bien puede proporcionar cierta comodidad, la verdadera felicidad radica en aspectos como las relaciones, el crecimiento personal y la alineación con nuestros valores.

- Nuestra actitud hacia el dinero juega un papel crucial: la gratitud, el control y la claridad de objetivos son claves para una relación sana.

- La sociedad a menudo nos condiciona a buscar la felicidad en el consumismo, pero esto puede llevar a una insatisfacción constante.

- Al invertir en experiencias profundas, administrar sabiamente nuestras posesiones y priorizar las relaciones, podemos encontrar una mayor satisfacción.

¿Estás listo para tomar el control de tu bienestar financiero y emocional? Comienza por identificar tus valores más profundos y establecer metas financieras realistas. La felicidad se va encontrando por el camino, no tanto una meta fija.

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