Suavizando las emociones: nos movemos desde adentro hacia afuera

 

Mi reacción a lo que he interpretado

Nuestras emociones se encienden como respuesta a lo que ocurre, ya sea en el mundo exterior o en nuestro interior. 

Lo que pensamos y cómo interpretamos lo que nos rodea moldea profundamente cómo nos sentimos. Pero es bueno recordar que nuestra interpretación no siempre refleja la realidad.

Tomemos un ejemplo: si creo que mi pareja no me quiere porque no hace lo que yo espero, en realidad estoy diciendo: "Creo que no me quieres y, para que me demuestres tu amor, debes cumplir con mis expectativas". Estoy viendo la situación a través del filtro de mis propias normas y deseos. Tal vez mi pareja sí me está demostrando su amor a su manera, pero yo no lo estoy reconociendo. O quizás sí está haciendo lo que yo quiero, pero yo lo paso por alto.

Nuestras emociones son como una brújula interna. Nos acercan a lo que nos da placer y nos alejan de lo que nos causa dolor. Es una reacción natural y básica. Pero es importante recordar que las emociones, en sí mismas, son neutras. No son ni buenas ni malas. Son señales que nos indican cómo actuar.

¿Qué pasa cuando sentimos miedo ante un cambio de trabajo? Nuestro cerebro, que ama la rutina y odia los cambios, intenta protegernos. Pero a veces, esa protección se convierte en un obstáculo. Si permitimos que el miedo nos controle, nos quedaremos estancados en nuestra zona de confort. Es crucial reconocer ese miedo, pero no dejar que nos paralice. Debemos recordarle a nuestra mente que, aunque el cambio sea incómodo, es necesario para crecer.

Las emociones y nuestro cuerpo están íntimamente conectados. Cuando sentimos una emoción, se desencadenan reacciones químicas en nuestro cuerpo. Por eso, las emociones no solo las sentimos en el alma, sino también físicamente.

Recuerda:

- Las emociones son respuestas a eventos internos y externos.

- Nuestra interpretación de la realidad influye en cómo nos sentimos.

- Las emociones son señales neutras que nos guían.

- Debemos aprender a gestionar nuestras emociones, en lugar de dejar que nos controlen.

- Las emociones están conectadas con nuestra química corporal.


 Miremos por parte:

Hemos planteado el funcionamiento de las emociones y cómo influyen en nuestra vida.

Origen de las emociones: Las emociones son respuestas a eventos, ya sean externos (lo que sucede a nuestro alrededor) o internos (nuestros pensamientos).

La interpretación es clave: La forma en que interpretamos los eventos externos moldea nuestras emociones. Esta interpretación puede no reflejar la realidad objetiva, sino más bien nuestra percepción subjetiva de la situación.

Emociones como guía: Las emociones nos impulsan a actuar, ya sea acercándonos a situaciones placenteras o alejándonos de las dolorosas.

Las emociones en sí mismas no son negativas ni positivas, son señales que nos indican cómo responder a nuestro entorno.

Mente y emociones: Nuestra mente a veces se resiste a lo cambiante, lo que puede generar emociones como el miedo. Sin embargo, es importante no dejar que estas emociones nos paralicen.

Conexión cuerpo-emoción: Las emociones están ligadas a procesos químicos en nuestro cuerpo, lo que explica por qué sentimos físicamente las emociones.

 

Ejercicio para modular tus emociones:

Paso 1: Identifica tu emoción

- ¿Qué estás sintiendo? (Ej.: tristeza, enojo, miedo, alegría)

- ¿Dónde sientes esta emoción en tu cuerpo? (Ej.: opresión en el pecho, nudo en el estómago)

Paso 2: Analiza la situación

- ¿Qué evento desencadenó esta emoción?

- ¿Cuál es tu interpretación de este evento?

Paso 3: Cuestiona tu interpretación

- ¿Existen otras formas de ver esta situación?

- ¿Estás seguro de que tu interpretación es la correcta?

¿Qué pruebas tienes para apoyar tu interpretación?

Paso 4: Elige tu respuesta

- ¿Cómo quieres responder a esta situación?

- ¿Qué acciones puedes tomar para manejar tu emoción de manera efectiva?

Ejemplo:

Imagina que sientes enojo porque un amigo no te llamó como habías acordado.

- Identifica tu emoción: Enojo, frustración.

- Analiza la situación: No me llamó como habíamos quedado. Mi interpretación es que no le importo.

- Cuestiona tu interpretación: ¿Podría haber otra razón por la que no me llamó? ¿Quizás está ocupado o tuvo un problema?

- Elige tu respuesta: En lugar de enojarme, decido llamarlo para ver si todo está bien.

Recuerda:

- Este ejercicio requiere práctica y paciencia.

- No condenes tus emociones, solo obsérvalas y analízalas.

- Aprende a reconocer tus maneras de interpretar, (moldes interpretativos tuyos) que desencadenan tus emociones.

- Sé amable contigo mismo durante este proceso.

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Ejercicio: Suavizando al miedo ante lo cambiante

Paso 1: Identifica tu miedo

- ¿A qué le tienes miedo específicamente? (Ej: fracasar en el nuevo trabajo, no adaptarte al nuevo entorno, perder la seguridad que tenías antes). Tu interpretación ha generado racimos de pensamientos. Observa.

- ¿Qué pensamientos te vienen a la mente cuando piensas en el cambio? (Ej: "No voy a ser capaz", "Es demasiado arriesgado", "Mejor me quedo como estoy")

Paso 2: Cuestiona tus pensamientos

- ¿Estos pensamientos son realistas o exagerados? Han nacido de una interpretación.

- ¿Qué pruebas tienes para creer que estos pensamientos son ciertos y es acertada esa interpretación?

- ¿Existen otras formas de ver la situación? (Ej: "Es una oportunidad para crecer", "Puedo aprender y adaptarme", "El riesgo puede traer recompensas")

Paso 3: Visualiza el éxito

- Cierra los ojos e imagina que ya has realizado el cambio.

- Visualiza cómo te sientes feliz y satisfecho por haber superado tus miedos.

¿Qué pasos has dado para lograrlo? ¿Qué habilidades has utilizado?

Paso 4: Plan de acción

- Divide el cambio en pequeños pasos más manejables.

- Establece metas realistas y alcanzables a corto plazo.

- ¿Qué recursos necesitas para lograr tus metas? (Ej: capacitación, apoyo de amigos y familiares, tiempo)

Paso 5: Acción y reflexión

- ¡Pasa a la acción! Empieza a dar los primeros pasos para afrontar lo cambiante.

- Reflexiona sobre tus avances y celebra tus logros, por pequeños que sean.

- Si sientes que el miedo te paraliza, recuerda que es normal. Vuelve a los pasos anteriores y sigue adelante.

Ejemplo:

Imagina que tienes miedo de cambiar de trabajo.

1.       Identifica tu miedo: Miedo a no ser lo suficientemente bueno, a no adaptarte al nuevo equipo, a equivocarme.

2.       Cuestiona tus pensamientos: ¿Tengo pruebas reales de que no soy capaz? ¿No he superado otros retos en el pasado? ¿Qué habilidades tengo que me pueden ayudar?

3.       Visualiza el éxito: Me veo en el nuevo trabajo, aprendiendo cosas nuevas, haciendo amigos, sintiéndome realizado.

4.       Plan de acción: Investigar sobre la empresa, actualizar mi currículum, practicar entrevistas, hablar con personas que trabajan en el sector.

5.       Acción y reflexión: Empiezo a enviar currículums, me preparo para las entrevistas, celebro cada paso que doy.

Recuerda:

- El miedo es una emoción natural, pero no tiene por qué controlarte.

- Con práctica y perseverancia, puedes aprender a gestionar tus miedos y alcanzar tus metas.

- ¡Confía en ti mismo y en tu capacidad para adaptarte y crecer!

¡Mucho ánimo en tu camino de gestión emocional!

Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Reg, Prof 6506 Py,
 raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy

Facebook: @raulmanuel.nieto.1

youtube: @Raulmanuelnieto

 


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